Este tipo de noticias por desgracia ocurren con cierta frecuencia. Una pareja japonesa estaba disfrutando tranquilamente de sus vacaciones en Roma, cuando fueron a comer a un restaurante de la ciudad, pero cuando pidieron la cuenta se llevaron un gran susto, porque en el restaurante de la Plaza Navona le sirvieron unos platos de pasta, un helado, siendo el total de la cuenta 695 euros, un precio realmente astronómico para lo que realmente había pedido. Los japoneses fueron a hablar con el encargado y poco después llamaron a la policía, que se personó en el local.
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Tras ello, el local se encuentra clausurado, porque estos precios no estaban en relación con los precios que aparecerían en la carta, que son los precios oficiales del restaurante y sin duda el encargado se creyó que los japoneses son turistas que pagan lo que se les diga y no tienen conciencia de los precios. Es una pena que los italianos tengan esta imagen de los japoneses y que por un empresario que intentó timar a una pareja de japoneses, la fama que se está ganando Italia de país homófobo, que intenta engañar a turistas y demás, es bastante alta y simplemente por acciones concretas.

Este ejemplo seguro que hace a los japoneses viajar con mucho más cuidado, porque siempre hay personas que te pueden engañar. De seguro que esto no lo habrían intentado con españoles, porque se creían que los japoneses al tener otra moneda, no sabrían si la comida sería cara o barata. Lo cierto es que fue un precio muy abusivo y que no se correspondía con el que tenían en la carta, que es el que deben aplicar.

Vía|Lasescapadas

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